“Un hombre sabio no se aflige por lo que no tiene, sino que se alegra por lo que posee.” — Epicteto
Reflexión:
Compararnos con los demás es una de las fuentes más seguras de insatisfacción. Siempre habrá alguien que tenga más, logre más, brille más. Y si tu valor depende de esa medida externa, vivirás atrapado en una carrera interminable.
Epicteto nos recuerda que la verdadera riqueza no se mide en lo que falta, sino en la capacidad de disfrutar lo que ya tenemos. La gratitud convierte lo ordinario en extraordinario, y lo poco en suficiente.
Cada vez que eliges agradecer en vez de compararte, recuperas tu libertad interior. La comparación es hambre eterna, la gratitud es plenitud inmediata.
Haz hoy una pausa: escribe tres cosas que ya tienes y que ayer solo eran un sueño. Celebra lo tuyo en lugar de mirar lo ajeno.
De acuerdo. Compararnos nos impide ver y disfrutar de nuestras experiencias. Tenemos lo que nuestra experiencia en este plano nos pide. Disfrutemos