Tres habilidades para ser dueño de ti antes de intentar cambiar el mundo
Imagina esta escena: estás en medio de una reunión, alguien hace un comentario injusto y sientes la oleada de calor subir desde el pecho hasta la cara. Tu instinto grita “responde ahora”, pero algo más profundo te dice: “espera”.
Ese segundo de pausa puede ser la diferencia entre una guerra abierta… o una oportunidad para liderar con serenidad.
Los estoicos sabían que el mayor campo de batalla está dentro de uno mismo.
La neurociencia moderna lo confirma: Daniel Goleman explica que la inteligencia emocional comienza por reconocerte, regularte y moverte por un propósito.
Este es el primer camino hacia la ataraxia: el dominio interior.
1. Autoconciencia — ver tu mente sin disfraz
“Presta atención a lo que tu alma susurra; en ello hallarás tu dirección.” — Marco Aurelio
No puedes dirigir una emoción que no has reconocido. La autoconciencia es como encender la linterna en un bosque: no elimina la noche, pero te da dirección.
Goleman la pone como base; los estoicos, como ejercicio diario de prosoche (atención constante).
Ejercicio práctico:
Durante tres días, cada vez que sientas una emoción intensa, escríbela en tu diario así: “Siento ___ porque ___”. Con el tiempo, verás patrones que antes pasaban inadvertidos.
2. Autorregulación — domar el impulso, no reprimirlo
“No nos perturban las cosas, sino las opiniones que tenemos sobre ellas.” — Epicteto
La autorregulación no significa ser frío, sino poner un filtro consciente entre sentir y actuar. Es el músculo que te permite elegir la mejor respuesta, no la más rápida.
Ejercicio práctico:
La próxima vez que algo te irrite, espera 10 respiraciones lentas antes de contestar.
En ese tiempo, pregúntate: ¿Esto merece mi paz?.
3. Motivación — caminar con rumbo
“Cuando un hombre no sabe a qué puerto navega, ningún viento le es favorable.” — Séneca
La motivación real no depende de premios externos, sino de alinear lo que haces con lo que valoras. Los estoicos la llamaban telos: un propósito que orienta todas tus acciones.
Ejercicio práctico:
Cada mañana, escribe una meta diaria y añade una frase: “Esto importa porque…”. Ese “porque” es tu gasolina.
Dominarse a uno mismo es entrenar tres artes: conocerse, regularse y dirigirse.
Como dijo Marco Aurelio: “Nadie puede robarte tu mente si tú no la entregas”.
Empieza por ahí. El resto vendrá.

Responder a Margarita rida Cancelar respuesta