“La ira no libera… envenena.”

“La ira es un ácido que daña más al recipiente que la contiene que al objeto sobre el que se vierte.” — Séneca

Reflexión:

Hay enojos que duran minutos y otros que se quedan a vivir dentro.

Al principio creemos que nos dan fuerza, que nos protegen. Pero a la larga… nos vacían por dentro.

La ira sostenida se convierte en rencor, en tensión crónica, en palabras que dañan más de lo que liberan.

Séneca lo advirtió hace siglos: el enojo no castiga al otro, te castiga a ti. Y mientras esperas que el mundo cambie, vas perdiendo salud, claridad y presencia.

Soltar la ira no significa justificar lo que pasó. Significa elegir no seguir cargando con ello.

¿Qué enojo estás cargando que ya cumplió su ciclo y solo te está hiriendo a ti?

hola 👋
Un placer conocerte.

Regístrate para recibir notificaciones de contenido publicado.

¡No enviamos spam! Lee nuestra política de privacidad para más información.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll to Top