“Cuanto mayor es la dificultad, más gloria hay en superarla. Los buenos navegantes logran su reputación en las tormentas y tempestades.” — Epicteto
Reflexión:
No es en la calma donde se forja el carácter, sino en la tormenta.
Cuando todo va bien, es fácil ser amable, paciente, equilibrado. Pero cuando todo se tuerce —esa llamada inesperada, ese problema de salud, esa herida emocional— es cuando se ve de qué estás hecho.
Epicteto nos recuerda que los grandes navegantes no se hicieron tomando sol en cubierta, sino enfrentando olas que casi los tumban. Y saliendo de ellas con más temple que antes.
Quizás ahora mismo estás atravesando algo difícil. No es el fin del viaje. Es el entrenamiento de tu grandeza.
¿Qué fortaleza está despertando en ti esta dificultad que antes no conocías?