“El arte de escuchar y preguntar para que el otro florezca.”
Cada encuentro con otra persona es un espejo: podemos entrar para convencer, discutir y ganar… o para escuchar, preguntar y descubrir. Sócrates nos enseñó que el verdadero diálogo es parir verdades juntos, no imponerlas.
Diálogo Socrático
— ¿Qué buscas cuando hablas con alguien, convencer o comprender?
— A veces, convencer…
— Y cuando logras convencer, ¿sientes que ambos crecieron o que uno ganó y otro perdió?
— Pues… parece que uno gana y el otro cede.
— ¿Y qué ocurre si en lugar de querer ganar, preguntas para descubrir?
— Tal vez la conversación se vuelve más rica.
— ¿Entonces la verdadera victoria en el diálogo es tener razón, o descubrir juntos una verdad más profunda?
Reflexión
La mayéutica aplicada a las relaciones nos invita a escuchar más, preguntar mejor y descubrir juntos. Así la conversación deja de ser un campo de batalla y se convierte en un camino compartido.
Como decía Sócrates: “El maestro no introduce conocimiento, sino que ayuda a parirlo.”
Del mismo modo, en nuestras relaciones la mayor sabiduría surge cuando creamos un espacio donde el otro puede florecer.
La ataraxia en las relaciones no se alcanza cuando todos piensan igual, sino cuando aprendemos a convivir desde la comprensión y la co-creación.
En tu próxima conversación importante, haz la prueba: escucha más de lo que hablas y formula una pregunta que ayude al otro a descubrir algo en sí mismo. ¿Qué transformación notas en la relación?