¿Quién soy yo?

Una pregunta simple en apariencia, pero esencial.

Y sin embargo, pocas veces la respondemos con claridad.

Desde pequeños nos enseñan a decir lo que hacemos:
“Soy médico, soy ingeniera, soy emprendedor…”

Eso nos ubica, pero no siempre nos define.

Pero….. ¿Quién eres cuando ya no haces lo que haces?

¿Por qué solemos responder con profesiones o roles?

Porque vivimos en una cultura donde el valor personal se asocia con lo que produces o con el título que tienes.
Desde niños nos preguntan: “¿Qué quieres ser?”, pero se refieren a “¿A qué te vas a dedicar?”

Decir lo que haces da una referencia. Pero es apenas una parte de ti.

¿Por qué eso no dice realmente quién eres?

  1. Porque no eres solo lo que haces
    Si mañana cambiaras de trabajo, tu valor como persona seguiría intacto.
  2. Porque eso cambia con el tiempo
    Las profesiones, estudios o etiquetas son temporales.
    Tu forma de ver el mundo, tus valores, tu manera de estar con los demás… eso es más profundo.
  3. Porque limita tu identidad
    Si te defines solo por tu rol, dejas afuera otras partes valiosas de ti: tus emociones, tu historia, tus aprendizajes, tu mundo interior.

“El mayor error del ser humano es creerse que es lo que hace, lo que tiene o lo que otros piensan de él.” — Eckhart Tolle

¿Cuándo tiene sentido hablar de lo que haces?

Cuando tu actividad refleja lo que realmente te importa.
Si lo que haces está alineado con tus valores y tu propósito, entonces tiene sentido incluirlo.

Por ejemplo:

“Acompaño a personas en procesos de cambio, porque creo en la transformación personal y me apasiona ver a otros crecer.”

Ahí la profesión no define tu identidad, pero la expresa.

Entonces… ¿cómo responder con más verdad?

En lugar de centrarte en tu trabajo, puedes hablar desde lo que estás aprendiendo, lo que valoras o lo que quieres aportar.

Por ejemplo:

  • “Soy una persona que está aprendiendo a vivir con más atención y equilibrio.”
  • “Soy alguien que quiere usar lo que ha vivido para apoyar a otros que están en procesos similares.”
  • “Soy alguien que busca aportar claridad, calma o motivación donde puede.”

La idea no es tener una frase perfecta. Es que lo que digas de ti sea honesto y tenga sentido para ti.

Pregunta para reflexionar:

Si mañana no pudieras seguir haciendo lo que haces… ¿quién seguirías siendo?

Respóndelo con calma, sin presión.
Esa respuesta puede ser el punto de partida para vivir con más claridad y coherencia.

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