Actuar como si tu mejor versión te estuviera observando
Fundamento:
Epicteto recomendaba que cada persona tuviera un modelo de sabiduría interior: un referente, un espejo, un faro.
“Escoge a alguien cuyo modo de vivir, cuya forma de actuar y hablar sea un modelo para ti, y manténlo presente como guía.” – Epicteto
Este sabio no tiene por qué ser alguien real o famoso. Puede ser un ideal, un maestro imaginado o tu yo más íntegro y despierto. La clave es que, en momentos de decisión, te preguntes:
“¿Cómo actuaría mi yo más sabio?”
Este simple gesto nos devuelve al eje.
Guía práctica:
Cada vez que enfrentes una decisión compleja, un conflicto, una tentación o una emoción intensa, haz una pausa —aunque sea de tres segundos— y pregúntate con honestidad:
- ¿Qué haría aquí mi yo más sabio?
- ¿Actuaría desde la virtud o desde el impulso?
- ¿Qué me diría si pudiera hablarme ahora?
No necesitas tener la respuesta perfecta. Solo conectar con ese nivel superior de ti mismo abre una grieta por donde entra la luz.
Este sabio puede tener forma:
- Puede ser Sócrates, Séneca, una figura inspiradora, o simplemente tu yo interior elevado.
Puedes incluso ponerle nombre, imaginar su rostro, o escribirle cartas en tu diario.
Herramienta:
Haz una práctica regular de diálogo con el sabio:
- Escribe preguntas a tu sabio interior en tu diario y responde como si fueras él.
- Imagina una conversación breve: ¿Qué haría él con este enojo? ¿Con este deseo? ¿Con esta incertidumbre?
- Puedes también usar una silla vacía, un espejo o una nota en tu celular con la frase:
“Consulta al sabio.”
También es útil visualizar al sabio observándote durante el día. ¿Te sentirías orgulloso de lo que haces si él estuviera ahí?
Frases asociadas:
“Vive como si alguien sabio te estuviera observando.” – Epicteto
“Escoge el mejor modo de vivir, y la costumbre te lo hará agradable.” – Séneca
Camino donde se cultiva esta práctica:
Camino IV – Vivir con otros sin perderte
Porque esta práctica te ancla en tu centro, incluso en medio de relaciones, emociones o tensiones externas.
Es tu brújula silenciosa para no desdibujarte.